miércoles, 17 de marzo de 2010

DOMINANTE - DOMINADO (1) en busca de un metodo

Para/por una dialéctica de dominantes-dominados


Hablando un poco de poder, escuchando gente, he encontrado que una gran mayoría de los puntos de partida para analizar la forma de ejercer el poder, esta teñido de la forma de “sufrir” el poder:

Después de haber deambulado por diversos métodos de análisis, no puedo evitar darme cuenta de que en la gran mayoría hay una especie de axioma intrínseco que estructura desde el comienzo la mirada, imponiendo una determinada dirección y eliminando otras. No digo que esta dirección sea errónea, simplemente me parece que se debe tener en cuenta que otros caminos son desechados y que algunos, a mi entender, no merecen tal consecuencia. 
Cada análisis, cuando no es una mera excreción de ideas sueltas, tiene una estructura, un método, que viene dado por ciertos puntos de partida, concepciones o lógicas en las cuales el realizador se siente cómodo, o con las cuales el mismo se identifica.

Tomaremos un ejemplo:
Ideas como “La dialéctica del amo y el esclavo” han caído en algunas manos solo para terminar minimizadas en una imagen de fácil asimilación y transmisión. Partiendo de este mismo ejemplo, La dialéctica del amo y el esclavo, en definitiva, la dialéctica entre dominante y dominado (que a nosotros nos resultará más tangible) en sus diversas formas (por ejemplo: los trabajadores-las fabricas), podemos alumbrar todo un conjunto de relaciones que son de interés analítico desde hace buen tiempo.
Pero al preguntarnos sobre el poder en esta relación, pareciera que hay dos preguntas coyunturales que actúan de directrices de todo desarrollo. No es que se planteen, que se las encuentren textualmente en los mismos, sino que se las percibe por detrás, actuando desde las sombras, entremezcladas con un aire de compasión, lástima o en otros casos furia:

1)-¿Qué gana el dominante?
2)-¿Qué pierde el dominado?

Cualquiera que haya leído algún desarrollo, notará que ambas resultan contestadas en mayor o menor medida. Y es obvio que es más fácil la existencia de estas y no otras preguntas. Si hay un dominante, este domina, gana, impone, pues el que domina es fuerte. Si hay un dominado, este debe perder, ser dominado, acatar, pues es débil. Desde aquí, las dos preguntas anteriores parecen ser un camino atrayente, y evidentemente lo han sido. Un plano que nos lleva a la minimización de una historia de vencedores y vencidos, de malos y buenos, verdadero y falsos, fuertes y débiles.

Y de las dos, sobre todo la segunda ¿Qué pierde el dominado? ¿Cómo lo hace? ¿Qué debe hacer al respecto? ¿Cómo puede recuperar lo perdido? Etc. Vemos aquí toda una pedagogía de la lástima que conlleva (dependiendo de la corriente) aires de lucha o sumisión, pero siempre haciéndolo desde estas dos preguntas/presupuestos.

Ahora ¿No sería mejor, o por lo menos más productivo invertir las preguntas? Lo que digo es reformularlas de la siguiente manera:

1)-¿Qué pierde el dominante?
2)-¿Qué gana el dominado?

Si tomamos esta concepción ya desarrollada y demostrada de dominio que no solamente reprime, sino que atrae, compensa, promueve y seduce. Esto nos incita a pensar que esta inversión de valores podría tener más fertilidad. Que tener en cuenta esto al momento de empezar con un pensamiento podremos encontrar todo un conjunto de cuestiones que estaban vedadas o perdían dimensión. Si en el dominio, podemos tener en cuenta que “el dominado gana” y el “dominante pierde” algo, entonces podemos preguntarnos:

¿Qué pierde el dominante? ¿Por qué lo hace? ¿Cómo? ¿Para que? ¿En que proporción? ¿Es rentable esta pérdida? ¿Hasta que punto? 

O: ¿Qué gana el dominado? ¿Qué hace con esa ganancia? ¿Qué debe hacer para mantenerla? Etc.

Solo ideas, por si en algún momento uno esté buscando su propia metodología de análisis para enfrentar las cosas que nos rodean…

r.g.a

lunes, 8 de marzo de 2010

PAREDES

si elijes vivir la enfermedad
no contagies tus mentiras
hazlas propias dentro de tus cuatro paredes, 
consúmelas, consúmalas
pero hazlo lejos mío
no me roces con espuma, que no es más que debilidad
mi estomago ya no es fértil
y ahora no quiere escuchar más que sus propias palabras
habiendo elegido vivir su propia enfermedad
dentro de mis cuatro paredes.

No me hagas elegir entre tus y mis mentiras.


r.g.a

lunes, 1 de marzo de 2010

CAMBIAR EL MUNDO

Será ese día en que un vecino de Argentina confíe en que no es el único que deseaba apagar el televisor, y lo haga.
En el que otro vecino confíe en que no es el único y haga lo mismo.
Será ese el día en que otro y otro sin saberlo coincidan.
y así, sin estar al tanto, todo un país haya apagado la televisión.

Será ese el día en que dos países como Argentina o Chile piensen que no son los únicos que desean apagar el televisor y lo hagan.
En el que los otros países vecinos de America hayan hecho lo mismo.
y así, sin saberlo, todo América haya apagado la televisión en simultáneo.

Será ese el día en que America, pensando en que no es el único continente que deseaba apagar la televisión, lo haya hecho. En que otro continente vecino, confiando en que no es el único, coincida.
Será ese día en que otro y otro se sumen sin saberlo y el mundo entero haya apagado la televisión.

Y entonces, ese será el día en que el orden del mismo al fin cambie de forma…

-Pero amigo, que pesimista ¿Todo eso se requiere para que el mundo cambie?-

-¿Como que todo eso?-

-Y si, dos vecinos, luego dos más, así hasta llegar a todo un país… A la vez de eso, que en otro país haya pasado justo lo mismo, y así con todos los países de un continente, que todas las personas que lo componen lo hayan hecho en simultaneo ¡Tamaña coincidencia! Peor aún, que toda la gente de todos los países, de todos los continentes, hayan apagado su televisión un mismo momento. Compañero, las probabilidades son ínfimas. Es solo cuestión de estadística. Usted me esta diciendo que es imposible que este mundo cambie.-

-No amigo, estoy diciendo que para que el mundo cambie, lo único que se necesita es que dos vecinos confíen en que no están solos al momento de apagar su televisor.-

r.g.a

OBVIO Y NO TAN OBVIO

están los que sueñan con cambiar el mundo
están los que solo desean vivir en el

los que cambian el mundo
los que viven los cambios que otros hicieron

en definitiva,

para los que el mundo estará siempre sembrado de duda
o para los que el mundo será una obviedad sentada de antemano.

r.g.a